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San Martín de Luiña es la más extensa de las nueve parroquias del concejo de Cudillero. Está constituida por once brañas vaqueiras (Gallinero, Brañaseca, La Rondiella, Folgerúa, etc.) y numerosos pueblos (Lamuño, Salamir, San Cosme, Artedo y San Martín de Luiña, capital de la parroquia). Su iglesia, declarada Bien de Interés Cultural el día 12 de enero de 1999, de planta de cruz latina, data de finales del siglo XVII, siendo su planta original del siglo XIV. Está formada por tres naves, dos sacristías, torre de tres cuerpos con sección cuadrada a los pies y dos pórticos laterales adosados a la nave central, junto con la torre en el siglo XIX. En la estructura del templo podemos distinguir tres estilos arquitectónicos: barroco, románico y gótico. En el interior vemos tres retablos con hornacinas y relieves tallados sobre la madera de estilo barroco (retable mayor dedicado a San Martín de Tours, su patrón; capilla derecha Virgen de Los Dolores, su patrona; capilla izquierda, Virgen del Rosario). La cúpula de media naranja, situada en el crucero, y los arcos de medio punto de estilo románico. La nave central cubierta con bóveda estrellada. En las capillas laterales, bóveda nervada con decoración en todas sus claves (unión de dos o más nervios) de estilo gótico. En el exterior se pueden observar los dos pórticos laterales que se construyeron en la primera década del siglo XIX, donde se encuentran dos capiteles románicos. Pero lo más singular del templo son las inscripciones que sobre las losas de piedra labrada aparecen cinceladas en el suelo, que dividían las zonas de sepultura según la clase y el estado social, y señalaban la prohibición que tenían los vaqueiros, gentes que vivían en las brañas, que se dedicaban a la ganadería y a la agricultura, de pasar hacia la parte delantera del templo a oir misa. Soto de Luiña es la capital de su parroquia. Tiene un conjunto de estilo barroco compuesto por la iglesia de Santa María y por la Casa Rectoral. La iglesia de Santa María fué convertida en parroquia a principios del siglo XVII, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Humildad. El templo tiene planta de cruz latina, con tres naves y tres capillas, ábside semicircular y torre a los pies de planta cuadrada. La torre, a los pies, en piedra gris y muros blanqueados, representa aecos de medio punto en su base; en sus dos pisos, hornacinas que albergan estatuas de piedra. La cornisa está rematada por gárgolas zoomorfas, rematadas por un gigante de piedra. En el interior se puede ver la nave central cubierta con bóveda estrellada. Coro a los pies, sobre arco de asa de cesta, sacristía cubierta con bóveda de crucería. El retable mayor está dedicado a Nuestra Señora de la Humildad, es de estilo barroco y contiene algunas tallas originales, como la de San Vicente Ferrer, la más antigua que se conserva. En el retablo del Rosario (derecha) está representado el Arbol de la Vida de Jesús, compuesto por los quince misterior del rosario en medallones. En el retable de Santa Inés (izquierda) se representa el Arbol del Nacimiento de Jesús. En las inmediaciones de la iglesia, se encuentra la casa rectoral, que fue durante varios siglos hospital de peregrinos del Camino de Santiago, y es uno de los escasos ejemplares de su tipo que se conservan. Actualmente acoge en su interior eventuales exposiciones, actos culturales, un museo, teatro, biblioteca y Casa Parroquial. Con motivo de la restauración de estos monumentos, en l984, fue declarada Monumento Histórico Artístico. En l988 le fue concedido el Premio Europa Nostra, y en l992 le fue otorgado el Premio Príncipe de Asturias al Pueblo Ejemplar, junto con el vecino pueblo de Novellana. La parroquia de Santa María de Ballota la constituyen los lugares de Ballota, Santa Marina o Cándano, Ventana y la braña de Resillinas. Tablizo, pese a pertenecer al concejo de Valdés, se integró en esta parroquia como consecuencia de la excesiva distancia que se encontraba a la anterior de Arcallana. En 1786 se autorizó a los vecinos la exención de oir misa los domingos, en 1894 se segregó definitivamente, integrándose de forma definitiva en la parroquia de Ballota. De los cinco templos parroquiales actuales en el valle de las luiñas, , cuatro de ellos fueron consecuencia de obras realizadas en el siglo XVIII (San Martín, Santa Mª de Ballota, Santa Mª de Soto y Santiago de Novellana), mientras que el quinto lo fue del siglo XX. Los dos primeros ya existían antes del siglo XIV, pero serían totalmente reconstruidos en la primera y segunda mitad, respectivamente, del siglo XVIII; el de Santa María de Soto, también en este siglo, sería configurado tal y como hoy lo conocemos, y el de Santiago de Novellana modificaría su emplazamiento para situarlo en el actual. La Iglesia parroquial de San Pedro, en la capital del concejo, de estilo gótico, comenzó la obra en 1553 por iniciativa popular. Su estructura original ha sufrido notables cambios. Obra de Juan Cerecedo el Viejo, la concluyó Pedro de Orna dieciseis años más tarde. Alberga buenas tallas barrocas, destacando la del escultor Antonio de Borja, que representan a San Francisco y San Pedro Arrepentido. Interesante también la de Cristo Yacente, atribuida a Pedro S. De Agrela. Tiene una torre de planta cuadrada, una portada barroca y una sola nave, con ábside poligonal de nervadura, y dos capillas laterales (la del Rosario y la de Jesús Nazareno) que fueron añadidas posteriormente a modo de brazos de crucero. El retablo principal se enmarca en el barroco vallisoletano del siglo XVII, y está dedicado a San Pedro, mientras que en los otros dos retablos (ambos nuevos), destacan las figuras de un San Francisco del siglo XVIII y un Nazarano del siglo XVII. Aunque éste es el templo principal y parroquial, hay otro anterior, considerado como el más antiguo de la villa, se trata de la capilla del Humilladero, original del siglo XIII, que formó parte de una iglesia mayor. Pese a sus pequeñas dimensiones, está muy unida a las devociones de los marineros y a sus cuestiones jurídicas; ante la imagen del Cristo del Humilladero, de finales del siglo XVI, se celebraban los juicios, se firmaban contratos, velaban los reos antes de su ejecución y se arreglaban las cuestiones de honor. Las obras de restauración para devolverle su aspecto original han dejado a la vista algunas pinturas murales primitivas. En la parroquia de Piñera, se puede ver en la iglesia parroquial de Santa María, enmarcado en un retablo de estilo barroco, el Cristo de Piñera, hallado por pescadores de Cudillero en una playa próxima a la Conchiquina, en la que brotó una fuente que desde entonces se ha llamado la Fuente el Cristu. Esta imagen rivaliza en devoción con el Cristo de la Bonanza, que se conserva en la iglesia de San Juan de Piñera. San Martín de Luiña es la más extensa de las nueve parroquias del concejo de Cudillero. Está constituida por once brañas vaqueiras (Gallinero, Brañaseca, La Rondiella, Folgerúa, etc.) y numerosos pueblos (Lamuño, Salamir, San Cosme, Artedo y San Martín de Luiña, capital de la parroquia). Su iglesia, declarada Bien de Interés Cultural el día 12 de enero de 1999, de planta de cruz latina, data de finales del siglo XVII, siendo su planta original del siglo XIV. Está formada por tres naves, dos sacristías, torre de tres cuerpos con sección cuadrada a los pies y dos pórticos laterales adosados a la nave central, junto con la torre en el siglo XIX. En la estructura del templo podemos distinguir tres estilos arquitectónicos: barroco, románico y gótico. En el interior vemos tres retablos con hornacinas y relieves tallados sobre la madera de estilo barroco (retable mayor dedicado a San Martín de Tours, su patrón; capilla derecha Virgen de Los Dolores, su patrona; capilla izquierda, Virgen del Rosario). La cúpula de media naranja, situada en el crucero, y los arcos de medio punto de estilo románico. La nave central cubierta con bóveda estrellada. En las capillas laterales, bóveda nervada con decoración en todas sus claves (unión de dos o más nervios) de estilo gótico. En el exterior se pueden observar los dos pórticos laterales que se construyeron en la primera década del siglo XIX, donde se encuentran dos capiteles románicos. Pero lo más singular del templo son las inscripciones que sobre las losas de piedra labrada aparecen cinceladas en el suelo, que dividían las zonas de sepultura según la clase y el estado social, y señalaban la prohibición que tenían los vaqueiros, gentes que vivían en las brañas, que se dedicaban a la ganadería y a la agricultura, de pasar hacia la parte delantera del templo a oir misa. Soto de Luiña es la capital de su parroquia. Tiene un conjunto de estilo barroco compuesto por la iglesia de Santa María y por la Casa Rectoral. La iglesia de Santa María fué convertida en parroquia a principios del siglo XVII, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Humildad. El templo tiene planta de cruz latina, con tres naves y tres capillas, ábside semicircular y torre a los pies de planta cuadrada. La torre, a los pies, en piedra gris y muros blanqueados, representa aecos de medio punto en su base; en sus dos pisos, hornacinas que albergan estatuas de piedra. La cornisa está rematada por gárgolas zoomorfas, rematadas por un gigante de piedra. En el interior se puede ver la nave central cubierta con bóveda estrellada. Coro a los pies, sobre arco de asa de cesta, sacristía cubierta con bóveda de crucería. El retable mayor está dedicado a Nuestra Señora de la Humildad, es de estilo barroco y contiene algunas tallas originales, como la de San Vicente Ferrer, la más antigua que se conserva. En el retablo del Rosario (derecha) está representado el Arbol de la Vida de Jesús, compuesto por los quince misterior del rosario en medallones. En el retable de Santa Inés (izquierda) se representa el Arbol del Nacimiento de Jesús. En las inmediaciones de la iglesia, se encuentra la casa rectoral, que fue durante varios siglos hospital de peregrinos del Camino de Santiago, y es uno de los escasos ejemplares de su tipo que se conservan. Actualmente acoge en su interior eventuales exposiciones, actos culturales, un museo, teatro, biblioteca y Casa Parroquial. Con motivo de la restauración de estos monumentos, en l984, fue declarada Monumento Histórico Artístico. En l988 le fue concedido el Premio Europa Nostra, y en l992 le fue otorgado el Premio Príncipe de Asturias al Pueblo Ejemplar, junto con el vecino pueblo de Novellana. La parroquia de Santa María de Ballota la constituyen los lugares de Ballota, Santa Marina o Cándano, Ventana y la braña de Resillinas. Tablizo, pese a pertenecer al concejo de Valdés, se integró en esta parroquia como consecuencia de la excesiva distancia que se encontraba a la anterior de Arcallana. En 1786 se autorizó a los vecinos la exención de oir misa los domingos, en 1894 se segregó definitivamente, integrándose de forma definitiva en la parroquia de Ballota. De los cinco templos parroquiales actuales en el valle de las luiñas, , cuatro de ellos fueron consecuencia de obras realizadas en el siglo XVIII (San Martín, Santa Mª de Ballota, Santa Mª de Soto y Santiago de Novellana), mientras que el quinto lo fue del siglo XX. Los dos primeros ya existían antes del siglo XIV, pero serían totalmente reconstruidos en la primera y segunda mitad, respectivamente, del siglo XVIII; el de Santa María de Soto, también en este siglo, sería configurado tal y como hoy lo conocemos, y el de Santiago de Novellana modificaría su emplazamiento para situarlo en el actual. La Iglesia parroquial de San Pedro, en la capital del concejo, de estilo gótico, comenzó la obra en 1553 por iniciativa popular. Su estructura original ha sufrido notables cambios. Obra de Juan Cerecedo el Viejo, la concluyó Pedro de Orna dieciseis años más tarde. Alberga buenas tallas barrocas, destacando la del escultor Antonio de Borja, que representan a San Francisco y San Pedro Arrepentido. Interesante también la de Cristo Yacente, atribuida a Pedro S. De Agrela. Tiene una torre de planta cuadrada, una portada barroca y una sola nave, con ábside poligonal de nervadura, y dos capillas laterales (la del Rosario y la de Jesús Nazareno) que fueron añadidas posteriormente a modo de brazos de crucero. El retablo principal se enmarca en el barroco vallisoletano del siglo XVII, y está dedicado a San Pedro, mientras que en los otros dos retablos (ambos nuevos), destacan las figuras de un San Francisco del siglo XVIII y un Nazarano del siglo XVII. Aunque éste es el templo principal y parroquial, hay otro anterior, considerado como el más antiguo de la villa, se trata de la capilla del Humilladero, original del siglo XIII, que formó parte de una iglesia mayor. Pese a sus pequeñas dimensiones, está muy unida a las devociones de los marineros y a sus cuestiones jurídicas; ante la imagen del Cristo del Humilladero, de finales del siglo XVI, se celebraban los juicios, se firmaban contratos, velaban los reos antes de su ejecución y se arreglaban las cuestiones de honor. Las obras de restauración para devolverle su aspecto original han dejado a la vista algunas pinturas murales primitivas. En la parroquia de Piñera, se puede ver en la iglesia parroquial de Santa María, enmarcado en un retablo de estilo barroco, el Cristo de Piñera, hallado por pescadores de Cudillero en una playa próxima a la Conchiquina, en la que brotó una fuente que desde entonces se ha llamado la Fuente el Cristu. Esta imagen rivaliza en devoción con el Cristo de la Bonanza, que se conserva en la iglesia de San Juan de Piñera.
 

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