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                              Historia  
La primera presencia humana se puede atribuir a los tiempos neolíticos y al 
comienzo de la edad de los metales, atribuyéndose a este último marco dos 
estructuras neolíticas cerca de Boo. La comunidad asentada aquí nos ha legado 
útiles e instrumentos de su actividad, en concreto, se hallaron dos puñales, uno 
de espiga y otro alabardado.
 
 
 
La época de bronce, aparece representada por un brazalete del mismo metal 
encontrado cerca de Cabañaquinta. También destacaremos el mayón de la Corralá, 
aunque tiene una incierta atribución cronológica y es un monolito de arenisca 
hincado en el suelo verticalmente, su forma nos recuerda representaciones 
fálicas, contiene diversos motivos grabados: cruces, cazoletas y una figura 
humana. 
 
Respecto a la romanización, hay algunos datos que destacaremos: una vía romana 
que divide los concejos de Lena y Aller conocida como vía Carisa, la cual se 
dirigía de Lena a Lugo de Llanera. Finalmente, datos poco concretos y mal 
contrastados hacen referencia a diferentes vestigios. Un casco de cobre con 
varios relieves, gran cantidad de monedas de plata anteriores a Tiberio. Todos 
ellos constituyen los últimos restos arqueológicos, conocidos anteriores al 
Medievo. 
 
La Alta Edad Media supone contar con las primeras noticias escritas sobre 
diversos lugares alleranos. Una primera referencia la encontramos en un 
documento de la catedral ovetense, supuestamente del año 857 que hace referencia 
a un afluente del río Ayer. En el periodo de vigencia del reino astur 
encontramos documentos que nos hablan del crecimiento espacial del valle. Las 
fuentes arqueológicas datan el poblamiento de estos lugares en los siglos IX y 
X, como así nos lo demuestran las inscripciones de la iglesia de San Vicente de 
Serrapio, que data del año 894, y la iglesia de San Julián de Llamas que cuenta 
con un epígrafe que sitúa su primitiva construcción en el año 940. A partir del 
siglo XI, la organización espacial de la comarca aparece mucho más definida, 
como lo demuestra un documento en el que un tal Senior y su mujer Olimpia, ceden 
una serie de propiedades para la fundación de un hospital para peregrinos. 
Fuente:Federacion Asturiana de Concejos
                        
  
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